Las terrazas del norte de España también se disfrutan todo el año. Ya sí, gracias a los cerramientos con techo y cortinas. La instalación realizada en el Restaurante Jolastoki, en Getxo (Vizcaya) es un buen ejemplo de proyecto que visualmente define a la perfección el rendimiento que puede aportar el acondicionamiento de un espacio como es una terraza exterior. Se trata por lo tanto de una inversión amortizada y rentabilizada en un tiempo récord, que aporta además valor estético al negocio.
El Restaurante Jolastoki tenía las mismas necesidades con las que se encuentran una gran cantidad de empresas de restauración. Disponía de una terraza ocupada por una serie de mesas en los meses de verano, pero buscaba la posibilidad de ampliar el número de mesas y, sobre todo, alargar los meses activos de la terraza durante el año. Para que esto pudiera ser así era fundamental que el servicio de terraza dejara de ser dependiente de algo tan inestable como el clima, puesto que la temperatura y la lluvia convertían en un gran problema disfrutar de la terraza en otoño, invierno e, incluso, primavera.